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Cuatro años después, Standstill han vuelto con Adelante, Bonaparte y su regreso demuestra que tienen un grupo de seguidores muy fieles, que su reputación en vivo no ha caído ni un ápice y que a ellos, como grupo, les “va la marcha”. O, por aclarar más los conceptos, las piruetas y los dobles saltos mortales.

Adelante, Bonaparte se viste de exceso, en lo conceptual de unas canciones que parecen querer descubrir el sentido de la vida, en el diseño del disco (enhorabuena por la apuesta artesanal), y en todo lo que le rodea, como si esto no fuese sólo un disco sino un ente vivo. Deja mucha tela que cortar y, para bien o para mal, extrema las posiciones: incluso entre los fans habrá quien se sienta decepcionado por un disco que exagera casi al mismo tiempo que parece ser la cosa más humilde del mundo.

1. Adelante Bonaparte, el Proyecto: un mapa del respeto, el cariño o la atención



El disco se construye como un trabajo conceptual sobre B, o Bonaparte, protagonista de una vida que va de adelante (la muerte de un familiar) hacia atrás (el nacimiento de otro). Con esos mimbres, Standstill entrelazan tres Eps con un total de 20 canciones o amagos de ellas, o instrumentales o pequeños interludios.

Quizás conscientes de que aquello puede ser un empacho, quizás (como parece) por pura necesidad narrativa, separan el disco en esas tres partes, tituladas de manera diferenciada: “Algunos recuerdos significativos de B”; “B. pasa de querer comerse el mundo a esconderse en una pequeña parcela”; y “El corazón de B. Despierta”.



Además de eso, se embarcan de nuevo en un proyecto multidicisplinar de esos que ya han demostrado que les gustan tanto: instalan teléfonos de ayuda en su web y pretenden crear un Google Maps de la gente que llama pidiendo respeto, cariño o atención.

Si con esos datos no te dan ganas de salir corriendo ya, no hay duda de que verás en Adelante, Bonaparte un disco muy profundo y ajustado a lo que pides a la música.

Si embargo, si después de leer lo anterior piensas que ha llegado ya el momento de pasar página e ir en busca de algo menos pretencioso, cuidado, puede que estés cometiendo el error de dejar pasar algunas canciones que no te esperas. También algunas letras-boomerang, de ésas que no te esperabas que volviesen para decirte algo sobre tu vida.

2. Adelante Bonaparte, las canciones: ejercicios de funambulismo



Desde hace un tiempo se oye ese comentario a punto de volverse tópico de que Standstill podrían ser los Mars Volta españoles. Pero ahora, van un paso más allá. Han decidido cambiar, picotear en el folk y el pop, en Radiohead también, mientras se cuelan aquí y allá los rasgos de Vivalaguerra. Los que esperéis algo del post-hardcore de sus inicios, tened claro que éste ya no es vuestro grupo, que Enric Montefusco y compañía van por otro camino.

Con semejantes referencias, uno podría esperar un disco recargado, grandilocuente y exagerado. Lo mejor de Adelante Bonaparte, sin embargo, está en el juego de funambulista que el grupo hace entre lo menos pomposo y lo más rebuscados y repensado. Ahí están, por ejemplo, ‘La Familia Inventada‘ (youtube) o ‘Vida Normal‘, que quisieran echar a volar y empezar a hincharse, pero que el grupo ata en corto y mantiene modestas, sencillas, emocionante.



Brillan pues con luz propia todas las canciones que tiene los pies más pegado al suelo y que consiguen más pretendiendo menos. Por ejemplo, ‘Hombre Araña‘, samples de recuerdos propios que empiezan como interludio sin más y acaban siendo canción (sincera). Algo así como lo que Migala conseguían con sus mejores canciones: que de la anécdota artie se viajase a su propio mundo.

También la primera ‘Adelante, Bonaparte‘, inesperado arrebato pop con palmas que cierra en todo lo alto lo mejor del disco. O ‘Cuando ella toca el piano‘, la demostración de que para Standstill no siempre hace falta ponerse grandilocuente para buscar la fibra del oyente.

No todo es maravilloso. En mi escucha me he dado cuenta de que no soporto bien todo el camino del disco del tirón, de que me gusta mucho más si lo voy cogiendo por partes.



Además, el camino musical va de menos a más, con un primer ep magnifico, un segundo mucho más continuista (pese a vestirse de experimental) y un tercero donde ya empiezan a sobrar demasiadas cosas. ‘Elefante‘ muestra sus peores defectos y si comparo la dinámica, el ritmo interno, del primer ep con el resto… no hay color

http://img.hipersonica.com/2010/04/hipersonicavota7.jpgEn definitiva, la balanza se desequilibra rápidamente, demasiado como para hacer caso de las voces que te dicen “disco del año”, “disco del año”. En todo caso, “ep del mes” y sólo el primero. Después, ya veremos si hay alguien que consigue más en menos tiempo que lo que Standstill hacen en la primera parte.

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Fuente: www.hipersonica.com